viernes, 20 de enero de 2023

CONVERSACIONES CON MI NIETO



Domingo. Doce de la mañana. Hace un día frío. Mi nieto come conmigo. Le preparo su plato favorito: arroz a la cubana y huevo frito. Por teléfono me ha repetido:

- ¡Quiero mucho mucho arroz, abuela!

Cuando mi hija lo trae, está todo a punto. No obstante, me ayuda a poner la mesa en un juego incesante: se mete debajo de la mesa, esconde los cubiertos, toca el timbre de la puerta...

Yo le sigo las bromas y compartimos la diversión. De repente, se arroja a mi cuello y exclama:

- ¡Eres la abuela más buena y más guapa y más linda que todas las abuelas! Y yo me voy a casar contigo y voy a vivir siempre contigo para que no estés sola... ¿Por qué se murió el abuelo Mariano..? ¿A que estaba siempre contigo? Mi padre se va a trabajar pero viene por la noche. Algunas veces lo veo, pero otras...

Con sus brazos apretados a mi cuello, noto que se me conmueve el alma. Unas lágrimas se cristalizan en mis ojos. Mi pequeño se da cuenta y me pregunta:

- ¿Qué te pasa? ¿Estás "triste" porque estás sola?

- No estoy triste, vida mía; estoy muy contenta porque estás tú conmigo...

- ¡Yo no me voy a ir nunca, nunca... siempre!

- ¡Eso ya lo sé yo! Como vives tan cerca... Como tu madre es mi niña...

- ¿Mi madre es tu niña? ¿Y dónde está tu madre? Dice mi seño que todos tenemos dos madres: la del cielo y la de la tierra...

- Sí, eso es verdad - le digo yo, sin prestar demasiada atención a lo transcendencia del tema.

- ¡Pues yo no conozco a mi madre del cielo porque ningún día viene a darme de comer! ¿Es la Virgen de la procesión? ¡A mí no me gusta que sea mi mamá! Yo quiero que tenga la cara de mi mamá, que tenga el pelo de mi mamá, que tenga el coche de mi mamá...

- Dos mamás no pueden ser iguales - le digo por decir algo -. Cada hombre y cada mujer son diferentes...

- ¿Qué quiere decir diferentes, abuela?

- Quiere decir que las personas y las cosas no son iguales. Por ejemplo, las personas tiene cosas parecidas pero no iguales: unas son rubias, otras morenas, unas altas, otras bajas...

- ¡Pues tú si te pareces a mi madre! - exclama contento.

- ¿Y en qué me parezco? - le pregunto para sonsacarle.

- Pues, porque tú vienes a darme de comer, me compras cosas en la tienda de los veinte duros, me llevas al cole... ¡Yo no conozco a la mamá del cielo! ¿Cuándo va a venir que yo la vea, abuela? ¡Tú sí eres muy guapa!

Sinceramente, no encuentro la forma de seguir con el tema. Son demasiadas y complicadas las interrogantes de mi chiquitín. Mientras ultimo los preparativos de la comida, pienso que tal vez no debieron hablarle, a tan corta edad, de una segunda madre que, desde su aplastante lógica, no se comporta como tal.

De ahí que, como estrategia, vuelva al recurso de desviarle la atención hacia el juego.

Le canturreo, mientras el huevo chisporrotea en la sartén:


Un huevo frito

muy señorito

se puso sombrero

se puso babero

y encima del mantel

¡se puso a comer!

¿Quieres que te lo

cuente otra vez..?




Mi nieto rompe en carcajadas y exclama:
¡ Sí; "dígamelo" otra vez...!

En la mesa de la terraza, el arroz, el tomate frito, el huevo... Y un sol radiante que ha roto con el mediodía.

¿Se puede pedir más felicidad? Creí conveniente escribir una obra con las precocidades de un niño de cuatro años, reflexivo e inteligente:mi Gonzalo que hoy, con sus dos Academias de inglés, va logrando, paso a paso, estar entre los mejores.

jueves, 19 de enero de 2023

REFLEXIONES DE UNA MAESTRA

 DIARIO CÓRDOBA / EDUCACIÓN

18/01/2023

Isabel Agüera


Hay una frase de Jackson Browwn que hace años leí y permanece presente en mi memoria: “Nunca olvides que basta una persona o una idea para cambiar tu vida para siempre” (ya sea para bien o para mal). Efectivamente, y descendiendo al terreno personal y profesional, puedo afirmar que mi vida se ha ido troquelando en la convivencia diaria, durante tantos años, con niños. Sí, ellos han sido siempre la mejor y perenne escuela que he tenido. 

De ahí que este  artículo, primero del trimestre del trimestre, lo dedique a breves reflexiones, consecuencia de este rodar en el maravilloso río de la educación

Maestro de oro es el que sabe, respeta y valora que un alumno más otro jamás sumen dos. Luego jamás se le debe colocar el signo de igual. 

En el juego de seguir los pasos, el maestro jamás debe ir a la cabeza. Su lugar es ser el último de la fila. De lo contrario, ¿cómo conocer el "paso" de cada uno? 

Si tus alumnos bostezan, puede que hayan dormido poco o puede que tú los estés durmiendo. 

Si un día careces de ilusión, date de baja de la enseñanza. De lo contrario, convertirás tu escuela en un árido paisaje donde no será posible la vida. 

Entre educar y manipular tan sólo media un paso. Si no se vigila, la manipulación se impone. 

Hay maestros que primero deforman y después tratan de formar. 

La disciplina no son voces ni amenazas, la disciplina es un halo que brota del maestro e imanta a los alumnos. Si no hay tal, mejor dejar el magisterio. 

Si los alumnos son una copia de su maestro, ¿qué mostrarán cuando se les exija el original? 

En la mirada de cada niño se esconde un futuro. El maestro no debe olvidarlo, obnubilado por el presente. 

Ser maestro, maestra, es ser manantial de donde fluya la ilusión y el amor como agua fresca donde beban todos.

 Y termino con un proverbio chino: Si el alumno no supera al maestro, ni es bueno el alumno ni es bueno el maestro. 

Y no olvidemos la frase de Nelson Mandela: La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo.

martes, 10 de enero de 2023

GUSTOS RAROS

 DIARIO CÓRDOBA / OPINIÓN


MIRAR Y VER

GUSTOS RAROS  

ISABEL AGÜERA

No hace mucho me visitaban antiguos alumnos que en divertida charla, recordábamos sus años de niños en la escuela. De pronto, uno de ellos  dijo: Seño, ¿qué haces ahora? Estás siempre escribiendo. ¿No te aburres? ¡Qué va!  -le contesté- No tenéis ni idea de las cosas que me gustan.¿Qué cosas, seño? Me gusta la gente sencilla, el olor de la tierra, el trajinar de trabajadores al amanecer, me gusta el olor de los trigales, y el olor de olivos y el olor del romero…Me gusta ver pasar trenes, aviones y el primer autobús a las seis de la mañana, me gustan los nidos de las golondrinas, y la luna y el camino De Santiago en estrellas, me gusta el olor de las cuadras, me gusta ver manadas de animales, me gusta ver salir humo de las chimeneas y me gusta la voz del silencio y la voz del viento y la música y los paseos por el jardín, y me gusta... ¡Ajú, seño -me interrumpió-, ¡qué gustos más raros! ¿Y no te gustan las fiestas? ¡Qué asco las cuadras! Sí, claro, me gustan las fiestas para descansar, pasear, estar tiempo con mi familia... ¿Y no te gustan las discos? Si os digo la verdad, no. Mucho ruido. Cuando era niña me gustaba mucho la feria de mi pueblo, porque todo era como un bonito sueño... ¿Y cómo te divertías? ¡Uf, eso es muy largo de contar! Muchos, muchos juegos y muchos inventos. Otro día os lo cuento, pero a ver qué os gusta a vosotros? Miradas, sonrisas y complicidad absoluta. Seño, -exclamó, al fin uno- esas cosas son de antes. Ahora nos gustan los móviles, las fiestas, los ordenadores...No dije nada, pero sentí pena de esta generación de adolescentes que ni ven, ni oyen, ni siente la vida. Su mundo son ondas perdidas en el espacio y mucho antes de lo que sospechan se les acabará la “batería” sin posibilidad de carga. La vida pondrá el fin y puede que en ese momento vean el humo de una chimenea y caigan en la cuenta de que no es humo, es humanidad, calor, compañía, convivencia real, vida que perdieron y a la que desearían volver, pero su billete es solo de ida. El Progreso no es marcha atrás, pero tampoco el acelerón que borre, sin dejar rastro, valores humanos del pasado.

viernes, 30 de diciembre de 2022

No tardes

 

Viernes 30 de diciembre de 2022

Buenos días, amigos. Dice San Agustín: Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros.

 Sí, unos minutos de lectura relajan y enriquecen. Os propongo, hoy, una breve prosa poética, escrita desde mi rincón de la sierra cordobesa, mi lugar favorito. 


NO TARDES

Cielo, divina filigrana de nubes negras, grises, blancas... Silencio y soledad.

Sierra, corazón salvaje de jaras, matorrales, pinares que laten en abismos, yermos, valles...

Aire fresco que aletea por  las ramas de los frutales  en un sonoro, místico y nostálgico misterio 

que rememora el oleaje de playas en calma

Y se cuela en silbo que acaricia nuestra nada.

Ladridos lejanos, ruido alto de un avión, canto ancestral de gallos, chirriar de pozos, encinas, chaparrales, tomillo  romero, jarales...

que rememoran aquella infancia de canciones y juegos:

        ¡A la flor del romero, romero verde! 

Y  yo aquí, estática, elemento más del paisaje, 

atenta, dócil, agradecida... vigilo, asisto al óbito lento que va segando verdes en reverente sintonía con el crepúsculo que de tonos violáceos va tiñendo el  horizonte.

Sí, quiero inundarme de luz, de cielo, de verdes,  negros, blancos..



Quiero que me posea este rincón  de la tierra donde los ecos del silencio reverberan palabras, gestos, amores... que  me siguen latiendo en no sé qué estancia de mis más puros sentires.

De repente, unas palabras: ¡Dios cómo se agitan en mi alma en torrente de lágrimas y sonrisas!

Extasis de Ángelus crepuscular que como sombra chinesca se dibuja en horizontes lejanos que en  un parpadeo llegan a mí en el relieve de un arco iris  de sueños.

Momentos mágicos que quisiera  plasmar en el lienzo de la historia, con el pincel,  recóndita brisa  de mi alma,  blanca luna de mar llena.Pasa el cielo, se acaba el día. Apresúrate, amigo. 

Escuchemos juntos  la voz del  viento

Comportamos el ritmo de los último compases de la tarde y los ecos de millones de estrellas en este universo que empieza a ser noche.

Hace mucho, desde aquel día, sin despedida, que te sueño.

¡Anda ven que el día se acaba!

¡No tardes! TE ESPERO