Ya
estamos en el Otoño. Doblan de nuevo las campanas.
Empieza el mes de Ánimas. Llega un
año más el día de los Difuntos...
Y hojas que vuelan, y pájaros que emigran
y tormentas, chaparrones... recuerdos, nostalgia, música, sí, regazo de agua clara, latidos cálidos que se escapan
de la lira que es mi alma.
Ayuntamiento y plaza de mi querido pueblo,
Villa del Río, revestido de Navidad.
Un sueño de niña que lo sigue siendo de mayor.
No necesito buscar paisajes, viajando de acá para allá.
Mi preciosa parroquia.
Villa del Río / Córdoba.
¡Preciosa puesta de sol por los arcos de mi avenida!
¡Adiós, sol, que te vea volver mañana en la madrugada!
¡Qué belleza la del otoño!
Lección de convivencia en paz,
cuando nos aceptamos y respetamos.
Día 23 de noviembre. Puesta de sol otoñal: fría y oscura.
Superluna, fotografiada por mi hijo Ramón Azañón Agüera en el
castillo de Almodóvar del Río.
¡Qué precioso amanecer de otoño!
Es la bvida que vuelve,y yo, como si secretara de un recién nacido, la espero,la recibo y la uno entre mis brazos y sentimientos.
bella, divina aurora.
Fotografías fantáticas de mi hijo Ramón Azañón.
Nuestro cementerio de la Salud, museo de arte.
Negro, muy negro amanecer el de este día, domingo 23 de octubre de 2016
No obstante, desde el mirador de mi terraza, me impresionaba la belleza del cielo que lucía su mejor otoño, pero unos momentos después...
... el sol apareció furioso, tratando de evitar la lluvia que se aproximaba y...
... aprovechando esa competencia entre nubes y sol, el maravilloso arco iris más lindo que he visto mi vida apareció, tan mágico y espléndido, dejándome eclipsada y ausente.
Y al llegar a mi pueblo, Villa del Río, la luna llena me esperaba
en lo más alto de la torre
de la iglesia para darme la bienvenida.
¡Qué momentos más felices!
¡Qué preciosidad!
Sus pelillos blancos listos para ser liberados por un soplo de aire que los lleve de un lado para otro en alegre jugueteo.
Con la llegada del otoño parece como si todo recuperara el sentido perdido en los calurosos estíos.
Y estas antiguas y viejas cántaras me transportan a un tiempo que ya no es, pero que fue y en mi dejó el olor, el sabor de una infancia feliz.
(Con ingenuo toque de color)
Me conmueve profundamente el otoño de los mayores que esperan, buscan y no encuentran, resquicios del ayer; solo, eso sí, caminos de soledad y olvidos.
Maravilloso crepúsculo con estos colores que me transportan lejos, muy lejos.
Ayuntamiento y plaza de mi querido pueblo,
Villa del Río, revestido de Navidad.
Un sueño de niña que lo sigue siendo de mayor.
No necesito buscar paisajes, viajando de acá para allá.
El cielo es un maravilloso paisaje que se renueva cada rato,
y yo me eclipso y no entiendo que solo miremos para "abajo".
Mi preciosa parroquia.
Villa del Río / Córdoba.
¡Preciosa puesta de sol por los arcos de mi avenida!
¡Adiós, sol, que te vea volver mañana en la madrugada!
¡Qué belleza la del otoño!
Lección de convivencia en paz,
cuando nos aceptamos y respetamos.
Día 23 de noviembre. Puesta de sol otoñal: fría y oscura.
Superluna, fotografiada por mi hijo Ramón Azañón Agüera en el
castillo de Almodóvar del Río.
¡Qué precioso amanecer de otoño!
Es la bvida que vuelve,y yo, como si secretara de un recién nacido, la espero,la recibo y la uno entre mis brazos y sentimientos.
bella, divina aurora.
El
amanecer es como resucitar a un nuevo día acompañado
de magia e ilusión.
de magia e ilusión.
Sea
cual sea nuestro momento primero de la mañana,
miremos al cielo. Nos invita a
vivir en paz.
La muerte, más que le pese, no puede llevarse el hechizo desamor
Fotografías fantáticas de mi hijo Ramón Azañón.
Nuestro cementerio de la Salud, museo de arte.
Negro, muy negro amanecer el de este día, domingo 23 de octubre de 2016
No obstante, desde el mirador de mi terraza, me impresionaba la belleza del cielo que lucía su mejor otoño, pero unos momentos después...
... el sol apareció furioso, tratando de evitar la lluvia que se aproximaba y...
... aprovechando esa competencia entre nubes y sol, el maravilloso arco iris más lindo que he visto mi vida apareció, tan mágico y espléndido, dejándome eclipsada y ausente.
Y al llegar a mi pueblo, Villa del Río, la luna llena me esperaba
en lo más alto de la torre
de la iglesia para darme la bienvenida.
¡Qué momentos más felices!
¡Qué preciosidad!
Sus pelillos blancos listos para ser liberados por un soplo de aire que los lleve de un lado para otro en alegre jugueteo.
Con la llegada del otoño parece como si todo recuperara el sentido perdido en los calurosos estíos.
Y estas antiguas y viejas cántaras me transportan a un tiempo que ya no es, pero que fue y en mi dejó el olor, el sabor de una infancia feliz.
(Con ingenuo toque de color)
Me conmueve profundamente el otoño de los mayores que esperan, buscan y no encuentran, resquicios del ayer; solo, eso sí, caminos de soledad y olvidos.
Maravilloso crepúsculo con estos colores que me transportan lejos, muy lejos.
Mi casita de la sierra, con la llegada del otoño, se convierte en mi palacio de felicidad
¡Cómo me gusta los paisajes del otoño! Invitan a la reflexión serena y cálida
El olor a leños quemados, las llamitas, las brasas, el humo..., un buen libro.
¿Habrá algo mejor para un día de otoño?
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